Los usos y beneficios del ajo en polvo

Cualquier chef profesional se rehusaría a cocinar con ajo en polvo por considerarlo un sustituto de poco valor y artificial, pero para los cocineros principiantes o inexpertos, o para aquellas personas que no dispongan de tiempo suficiente para dedicarlo a cocinar, es un atajo perfecto y fácil de usar.

El ajo, con  mayor frecuencia se utiliza como saborizante o condimento, pero también se puede comer como un vegetal, ya sea crudo o asado.

Se utiliza para dar sabor a muchos alimentos, tales como aderezos para ensaladas, vinagretas, adobos, salsas, verduras, carnes, sopas y guisos. Se utiliza a menudo para hacer mantequilla de ajo y pan de ajo muy común en la cocina italiana. El polvo de ajo tiene todos los beneficios del ajo fresco, porque simplemente es una versión deshidratada y molida de forma muy fina. En el mercado se pueden encontrar distintas presentaciones del ajo:

• El Ajo fresco: su sabor es fuerte y tiene textura, y funciona especialmente bien con otros sabores intensos e ingredientes frescos.
• Esta versión del ajo es asada, por lo que su sabor es más suave y más profundo. Asado. Es perfecto en las cosas suaves como sopas o purés de papa y aporta un sabor mucho más profundo en otros alimentos asados.
• El ajo en polvo: su sabor es sutilmente más suave y es perfecto para combinar con gran variedad de especias para realzar el sabor de cualquier platillo.

Una de las mejores cosas de estas diferentes presentaciones de ajo,  es que se pueden utilizar al mismo tiempo para aportar más fuerza o sazón. No sólo se pueden combinar, también pueden ser añadidos  en distintos momentos de la preparación de un guiso, pues cada uno aporta una nueva textura, sabor y una sutil diferencia al paladar, pero tiene que ver con el gusto y sus preferencias al momento de cocinar.

Mientras que el ajo es un condimento comúnmente utilizado en la preparación de alimentos, a través de los años, también comenzó a ser utilizado como un medicamento para prevenir o tratar una amplia gama de enfermedades y padecimientos.  Algunos científicos han sugerido que podría tener un papel para prevenir la intoxicación por alimentos.

Existe alguna evidencia de que el ajo fresco, puede matar ciertas bacterias tales como la E. Coli, resistentes a los antibióticos, o acabar con el Staphylococcus  aureus y Salmonella enteritidis, éstas pruebas fueron realizadas en el laboratorio.

Estos suplementos, probados por contener una cantidad bastante significativa de compuestos favorables, están disponibles en farmacias y tiendas naturistas. Antes de tomarlo como un suplemento, asegúrese de consultarlo con su médico para discutir el tipo apropiado de suplemento que usted necesita, así como una dosis segura. Algunos de estos usos son compatibles con la ciencia, pues al parecer, el  ajo en polvo o fresco puede ser  un elemento efectivo en la prevención de muchas afecciones:

• Reducir el colesterol

Estudios recientes comentan que el ajo ayuda a disminuir los niveles de colesterol, pero sólo en pequeñas cantidades. Aún se continúa haciendo investigaciones sobre éste tema.

• Fortalecer el sistema inmunológico

Se ha demostrado que el ajo en polvo y el ajo entero fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a combatir el cáncer. Se cree que las personas que incluyen ajo en su dieta,  cuentan con más recursos para protegerse contra algunos tipos de cáncer. Para los pacientes que ya tienen cáncer o están pasando por la quimioterapia, el ajo puede ayudar al sistema inmunológico de manera más eficaz y reducir los efectos secundarios de la quimio.

• Diluyente de la sangre

El ajo fresco, el ajo en polvo y sus demás variantes, tienen propiedades anticoagulantes que pueden ayudar a las personas que sufren algunas enfermedades que están relacionadas con el corazón y el sistema sanguíneo, como por ejemplo: la presión arterial alta, colesterol alto, afección coronaria, infarto de miocardio y arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias) y disminuir levemente la tensión arterial.

 El ajo también se ha probado para tratar la hiperplasia prostática benigna, HPB (un agrandamiento de la próstata), la diabetes, la osteoartritis, rinitis alérgica (la fiebre del heno), diarrea del viajero, preeclampsia (la presión arterial alta al final del embarazo), el frío y la gripe. También se utiliza para la fortalecer del sistema inmune, la prevención de las picaduras de garrapata, y prevenir y tratar infecciones bacterianas y fúngicas. Ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre, ya que mejora la calidad de insulina, por lo tanto puede ser un aliado en el control de la diabetes.

Otros usos incluyen el tratamiento de la fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor de estómago, congestión nasal, gota, reumatismo, hemorroides, asma, bronquitis, dificultad para respirar, presión arterial baja y mordeduras de ciertas especies de serpientes. También se utiliza para combatir el estrés, la fatiga, y para el mantenimiento de la sana función del hígado. Algunas personas aplican aceite de ajo en su piel para tratar las infecciones por hongos, verrugas y callos.

Existe alguna evidencia que apoya el uso tópico de ajo para las infecciones por hongos como la tiña, pero la efectividad del ajo contra las verrugas y los callos es aún incierta. Hay que advertir que excederse en el  consumo de grandes dosis puede ser perjudicial para su salud, es así que nunca debería tomar más de la dosis recomendada.

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