Por qué es importante consumir fruta deshidratada
Podríamos resumir a grandes rasgos la historia de la evolución del hombre a la tecnología que ha acompañado sus procesos alimenticios; así pues, cuando en el paleolítico descubrió cómo abrir una simple nuez con una piedra, se dio cuenta de los usos y de los beneficios que manipular ese objeto (la piedra) le traía.
Luego vino la época de la cacería y la recolección donde fabricó lanzas, arcos y flechas para suministrarse el alimento necesario, y amplió el espectro alimenticio que hasta ese momento acostumbraba.
En el período neolítico el hombre descubre o inventa (según el ángulo con el que se mire) la agricultura. Esto modificó grandemente su relación con su entorno, supo que podía domesticar a las plantas y así también se estableció donde la tierra le proveía esas materias primas. Luego vino la ganadería, después la industrialización y así hasta nuestros días.
La historia del hombre está íntimamente ligada a la de su alimentación. Los procesos evolutivos por los que ha pasado la humanidad han contribuido a su cambio de postura, a establecer civilizaciones y tratos entre estas, a obtener de su entorno lo mejor, a juntar reservas de alimentos para las épocas de sequía. Es aquí donde la fruta deshidratada toma relevancia.
La literatura no es ajena a todo esto. En esa relación del hombre con su entorno y con su cuidado, Jean de la Fontaine, escritor francés del siglo XVII, escribió una fábula muy famosa: La fábula de la cigarra y la hormiga, donde nos cuenta la historia de una solaz, floja y cantarina cigarra que al ver a una hormiga trabajando duro y acarreando reservas de comida la espeta burlonamente por trabajar en un día formidable y en un clima exquisito.
La hormiga callada, termina su arduo trabajo y como se avecina la época de frío se encierra en su casa. Al sentir hambre y frío la cigarra le toca a su puerta pidiéndole de favor que la deje entrar con la promesa de reponérselo en cuanto pudiera. La hormiga le niega lo que su trabajo le ha costado y cierra la puerta cantando la misma tonadilla con que la cigarra se burló de ella por trabajar. La moraleja es un poco obvia y nos conmina a no caer en el vicio del ocio.
El hombre, pues, ha puesto su empeño y su trabajo para reservar provisiones para los tiempos aciagos, sin embargo el vicio del ocio sigue acompañando nuestra travesía. La hormiga es el ejemplo claro de lo que una buena conducta con el trabajo y el alimento nos ayuda a sobrevivir en nuestro entorno. Este es un pequeño ejemplo de lo que ha pasado por nuestros estómagos durante siglos y que, al fin y al cabo, han ido a parar a nuestra mente.
Dentro de todos estos procesos de conservación de alimentos, la deshidratación ha servido para que el hombre tenga las reservas necesarias en las épocas difíciles. Así pues, se dio cuenta también de que podía buscarse las formas de conservar por más tiempo sus alimentos como la carne, las frutas y en menor medida los vegetales. Así descubrió y perfeccionó la deshidratación. Mediante sales o por exposición al calor se dio cuenta de que ciertos alimentos se preservan durante más tiempo.
La fruta deshidratada fue uno de esos descubrimientos que hasta ahora los más saludables paladares agradecen. ¿Cómo lo hizo? Quizá de la forma más sencilla, es decir, exponiéndolas al sol. Después vinieron procesos más complejos como el descubrimiento de la manipulación del fuego, la invención de la estufa, el horno, la refrigeración, etc.
La fruta deshidratada sirvió en un principio para sobrevivir a las sequías pero después fue adquiriendo más usos, se fue integrando a los paladares y fue adquiriendo una identidad propia. Hoy sabemos que aunque provengan de la misma planta, una fruta deshidratada es distinta de una fruta recién cortada.
Si ponemos a ambas en una báscula una fruta deshidratada pesara un 75% menos que una fruta fresca y esto es porque en el proceso de deshidratación pierde esa agua pero no sus nutrientes. Esto es algo muy importante para quien sólo come frutas de temporada y eso, si es que las come.
Por lo general, los grandes banquetes que ingerimos en las épocas navideñas están acompañados de fruta deshidratada, quizá porque sentimos culpa del exceso en que caemos en esas fechas. Sin embargo, te invitamos a que no lo hagas por culpa, sino que hagas de las frutas deshidratadas parte de tu dieta. Que adereces tus ensaladas con zanahorias deshidratadas, que incluyas en tu desayuno estos productos, que sucumbas a los antojos, pero a los antojos sanos y nutritivos.
Instantia es una empresa 100% mexicana que trabaja con materias primas que no son importadas sino que son producidas y tratadas en el país, contribuyendo a que la economía del campo crezca pero con el fin último de que tu consumo sea lo más saludable posible.
La gran variedad de productos deshidratados con los que contamos te fascinará. Podrás encontrar en nuestro catálogo manzanas, peras, duraznos, plátanos, fresas, piñas, además de vegetales, chiles y especias. Aunado a esto te ofrecemos el mejor servicio del mercado así como la más alta calidad en nuestros productos.
No le temas a la fruta deshidratada. Cuando te animes a probar de nuestros productos te darás cuenta de lo que te estás perdiendo y sobre todo de lo que tu cuerpo se está perdiendo. Anímate y disfruta de nuestra amplia variedad.